jueves, 24 de noviembre de 2016

Entrañas - Layton

Layton aka El Dodecasílabos aka El Sinsinalefas 

Proximamente: Frank Morris x Layton 


Cuando llegué a casa tras aquella amarga despedida me dirigí casi instintivamente a por un folio y un bolígrafo. Me había dejado. No sentía dolor alguno. Llega un momento en el que te acostumbras a no sentir nada. Bien porque no hay nadie que despierte en ti la más mínima emoción, o bien porque cuando eso ocurre poco tarda en convertirse en cenizas. Aquel día me dispuse a plasmar esta frívola sensación que invadía todo mi ser y todas mis entrañas en estas tímidas líneas, que no son más que tonterías dispuestas con un ligero toque de elegancia y jerarquía.

Entrañas entrañables

Hoy me desprendo de mis cálidas vendas.
Bajo ellas, cicatrices guardan historias
que muy discreto aparté de mi memoria,
para acabar con las oxidadas rejas.

Solo en esta prisión y siempre indispuesto.
No por el hambre ni por causa del frío.
A mi lado solo soledad, hastío;
pronto de mí solo quedarán los restos.

Sobre este ser inerte nadie dibuja,
ni une lunares en su piel putrefacta,
para mi ya sólo queda la esperanza
de que al fin encuentre a mi querida musa.

Mi opción es alimentarme de lo onírico,
escribir para deleitar corazones;
nunca con versos ni métricas mediocres,
sí creando arte con lo que te escribo.
Te han llenado de poemas sin sentido,
carentes de rimas y de sentimientos,
te ruego no pienses que es obra de un genio,
lo que está al alcance de cualquier cretino.

Te perdí en mitad de una tierna caricia,
a día de hoy yo te busco hasta en la Luna,
me acerco prudente usando la locura,
que un día me producía tu sonrisa.

Layton


jueves, 17 de noviembre de 2016

Nosequé de una biblioteca - Frank Morris

Que porqué no te quedas aquí
que qué te tiene ahí tanto rato,
que, cuando llegas, qué haces allí.

Silencio perpetuo, ¿no te seduce la idea?
Los que tenemos algo que decir, lo llamamos 'paraíso'.
Allí está todo:
los tapones que me puse en los oídos
cuando no soportaba vivir fuera de mi madre,
el despertador que arrojé intentando ser uno más,
el olor de mis días siguiendo los pasos de Holden,
la mirada más pura que me hayan dirigido...
Y todo eso, que hoy es Tierra Quemada,
descansa en filas de estanterías.
Y todo eso, que hoy es Tierra Quemada,
no es más que el bosque mejor talado,
mil musas cuyas facciones quiero retratar,
sustrato de la locura discreta del tío que escribe en el tren.

¿Que qué hago allí? Pues ser un niñato,
con una sonrisa que no vi
ni cuando estrené un par de zapatos.

jueves, 10 de noviembre de 2016

OCTUBRE 2016 - Frank Morris

Octubre : Cuadernito de pesadillas

Antes de dormir soñaba
con cuatro tímidas huellas
en una playa de Gaza.
Caía en calma la arena,
y mis ojos se perdían
en dos tenues carreteras.
Soñaba con disolver
en mi pecho tus quimeras,
y a la mañana siguiente
a hurtadillas a otra estepa.

- ¿Quieres decir que te hiciste un Vladimir?
- ¿Qué?
-  Un Vladimir.
- ¿Qué es eso?
- Una paja y a dormir.
- ¿Eres gilipollas?
- ¡Pero si es que no tiene sentido eso que dices! Qué Gaza ni qué pollas, y qué soñar si no te habías sobado todavía…
- Joder ¡que son metáforas!
- Mis cojones metáforas, yo no he leído mucho, pero sé cuando alguien se tira el pisto. Eso de “antes de dormir soñaba” es una gilipollez que te parece que queda bonita. ¿Acaso perdería sentido el poema si se lo quitases?
- ¡Que te calles, joder! A lo mejor si me interrumpes menos y escuchas más, lo comprendes, capullo.
- Vale, mariquita. Sigue recitando.
- Ahora te voy a contar lo que pasó cuando me dormí.
- ¡No jodas! ¿Me vas a resumir Octubre día por día?
- ¡Coño, que es otra metáfora!
- Joder con las metáforas...

El sueño vino a mí,
como el desmayo a un ahogado.
En los últimos momentos de vigilia
resonaron sus palabras:
“Suerte tienes
que eso que te mata
es lo que te mantiene vivo".

Dónde estoy y qué tiene de onírica esta asfixia.
El poco oxígeno de esta sala… Lo comparto.

¡¿Pero con quién?! ¿Quién me observa detrás de estas sábanas?
¿Quién se relame sabiendo que me he percatado?

Me desprendo, asustado y rabioso de las ropas,
para hallar mi salón como lo había dejado...

Y de pronto la figura a contraluz de un niño
me arranca un grito mudo que ignora el vecindario.

Solipsismo y empirismo, sistema nervioso
alterado y, por último, hígado maltratado:

No he probado jamás un cóctel tan peligroso.
Oigo a los grillos, parece que esto se ha acabado.

Corro hacia el interruptor de la luz y lo pulso.
Devuelvo a mi cama mi figura y mi cansancio.

Me despierto a la mañana siguiente.
Anoche tuve una pesadilla terrible.
¿Qué cojones hace la luz encendida?

Octubre,
resurge lo que tenías por muerto.
Lo que aparentaba ser simples nubes
en Haití acabó arrancando techos.

El atardecer se deslizó por mi piel
con la templanza de un caracol,
y cuando el bochorno prolongado
desapareció sin más,
algo maldito quiso suplirlo.

Octubre,
resurge lo que tenías por muerto.
Observo cómo la tregua no acude
desde la ruina más alta de Alepo.

Todo fue una ilusión,
los tonos naranjas del sol
se tornan del color rojo de las emergencias.
Y los demonios vuelven
con arrugas nuevas en la cara.

Octubre,
resurge lo que tenías por muerto.
La sangre en banderas blancas reluce,
si se niega la paz su propio pueblo.

En el último delirio de luz
me aferro a un linaje ficticio,
y pienso que en plena caída
es cuando debo desenvainar el ego,
cuando sea tan inútil
que los otros desgraciados piensen:
menudo gilipollas, no habrá otro momento...

Octubre,
resurge lo que tenías por muerto.
No es un simple temblor lo que sacude
a Italia por su más profundo centro.

A tientas enciendo mis miedos,
pero apago sus conclusiones
por falta de voluntad.
Los grillos despiertan las taquicardias.

Octubre,
resurge lo que tenías por muerto,
payasos sin gracia cruzan…

- Bueno, ya ¿no?
- No me interrumpas, joder, que ahora venía el beef.
- ¿Pero qué beef?
- Pues un beef contra un chaval que…
- Pero qué beef, Alberto. Que no eres C. Tangana joder, que eres administrador de un blog con menos público que un mitin de Vox.
- Pero...
- Pero nada, termina de leer esta mierda sin sentido, dame mis veinte pavos, y lárgate de mi casa.
- Tronco, por lo menos déjame quedarme…
- Ni de coña.
- Eres la mayor mierda que existe.
- Que leas.
- Ya no sé ni por dónde iba, capullo.
- Pues sáltate renglones.


Ven, miéntete y dime
que las letras en mi papelera
no son trece veces más sublimes
que esas chapuceras
rimas que ni mides.

Ven, miéntete y dinos
que escribir es lo peor que has hecho.
Yo sé que algunos olfatos finos
captan en tu pecho
hedor de vacío.

Vete ya, Caín.
Sin más, te deseo lo mejor:
saber que tu afán de competir
te dio el galardón
al más infeliz.

“Tú quieres ser el winner, llevarte los puntos,
ser la voz cantante de esta misa de difuntos,
vivir separados para morir juntos.
Tú y yo ni en este ni en ninguno de los otros mundos.”

Charlie - Caídos (2013)

Y cuando me engullía el precipicio,
cuando no alcanzaba a escuchar mis gritos,
cuando mis músculos ya no respondían
unos ojos se posan en los garabatos de mi locura.

Dos ojos oscuros como fondos abisales,
sin muecas de perplejidad cuando digo: bioluminiscencia.
Y cuando me engullía el precipicio
una sonrisa responde a mis incogruencias.

Una sonrisa tímida y sincera,
como el reflejo de una cara en el cristal del tren.
Y esa sonrisa dijo “qué bonito".

Gracias.
Por hacerme temblar hora y media,
por tener la alegría más bonita del vagón.

Frank Morris

- Escúchame, ¿y por qué firmas como “Frank Morris"?
- Es uno de los tres tíos que logró escapar de Alcatraz. Se le da por muerto, pero en realidad no se han recuperado sus restos. En cierta forma, me representa su hazaña, creo que mi vida ha sido una constante fuga de…
- ¿Fuga? Pero si vives en casa de tus padres, cabrón.
- Te has quedado sin tus veinte euros.