“Ahora venís todos hablando de amor real, y apenas lo conocéis. Amor real el de tu madre, y no lo aprecias porque está ahí desde siempre.”
Le Duifet - Run
No logro imaginarme el día en que ella me falte. Ese día seré un tejado sin cimientos que sustenten. Mientras tanto, camino sin miedo a perderme porque sé que su luz podrá iluminar mi camino y arroparme cuando apriete el frío.
Cuando solo veo tempestad, se presenta con abrazos de la Virgen de la Piedad e invade todo de calma.
Por eso cuando llegue el último beso, la noche se tornará oscura y en ese momento entenderé cómo se sentiría el Sol sin la Luna.
En aguas someras de mediocridad,
o en las salidas de emergencia del barrio,
por allí yo rondaría si Mamá
hubiese faltado un segundo a mi lado.
Pero ni faltó, ni faltará
lo que otros siguen necesitando:
un bofetón cuando hablé de más,
un abrazo que secó mi llanto.
Ella a vivir me ha enseñado
y yo aprendí a no olvidar
ni un segundo por quién mato.
Cuando la soledad asfixie allí estará
la única mujer que necesito de mi mano,
para no perderme buscando la libertad.
Frank Morris y Layton
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