Hay veces en las que todas las ideas que salen de tu mente son del tono más abatido que llegues a imaginar. Eso es producto de algún tipo de situación que perturba tu estabilidad anímica y que muchas veces no sabemos afrontar. En general, nos limitamos a dejar que se solucione escuchando música o lo manifestamos de alguna forma, en la mayor parte de los casos artísticas aunque no seamos conscientes de ello. En mi caso lo intento reflejar a través de las palabras, las mejores que puedo ofrecer condimentadas con la música que represente ese estado en el que me encuentre. En este caso se trata del álbum "Itinerarios" de Vito, que refleja un viaje al amor mediante la metáfora de un recorrido en tren, en el que cada una de las canciones presenta un capítulo y paisaje.
Antología, poesía y desencanto
Yo que soy flor hija del rocío,
siempre quise llegar a una nube,
pétalos como alas que no tuve
y que ahora cargan con mi olvido.
Inicié solo esta travesía
por cuevas llenas de telarañas,
en el camino de mis entrañas
buscando un atisbo de alegría.
Me asomé al balcón de mis lamentos,
admiré sus paredes decrépitas
como todas esas vistas tétricas
que un día me provocaban miedo.
Naufragué en el mar de mi tristeza,
me hundí en mis agonías y llantos,
convertí cada gota en quebranto
y de cada ilusión hice pena.
Encontré flores a las que amé,
pero solo querían mis pétalos,
para vestirse con buenos trapos
y jugar conmigo a su placer.
En esta travesía he aprendido
a nunca fiarme de nadie,
solo lo haré de mi mismo.
He descubierto hermosos lugares
como cuevas, praderas y
coloridos manantiales.
Aunque si de verdad soy sincero
el más bonito recuerdo,
la Luna en sus ojos negros.
Layton
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